Karijona
Resguardo Indígena de Puerto Nare (Miraflores, Guaviare)
LA NATURALEZA Y SUS DUEÑOS
Itu es la naturaleza y el mundo en el que vivimos.
De acuerdo con el conocimiento Carijona, las personas no podemos poseer la naturaleza, porque ésta ya tiene sus dueños quienes han puesto normas -más allá de lo humano- que permiten proteger la continuidad de la vida. Itutarï (Ituyumu, Roroyumu) es el dueño del monte; Ikuchayumu, el dueño del agua, del río, de los peces; Majotoyumu, el dueño del fuego.
Itutarï
Ituyumu (Iwo, el silbón) es el papá del monte y lo protege. Hay lugares del monte donde no se puede entrar, si alguien lo intenta algo malo le va a pasar. Cuando una persona quiere entrar a un lugar prohibido, Ituyumu llama a Itutarï, el papá de los venados. El venado colorado, Kajaú, es su esposa, es la madre monte.
Entonces Ituyumu llama a Itutarï y él toca la bamba, que es un árbol alto que llama el agua y tiene raíces grandes y visibles como paredes. Cuando Itutarï toca la bamba, empieza el aguacero y nadie puede entrar.
Itutarï es el bambero. Para que uno no entre al monte, él juega con uno, lo pierde, lo pone a andar en círculos.
Como su esposa, Kajaú, es hija de Iwo con una persona, no se debe cazar ni comer el venado colorado. Su carne es distinta, es negra, como está cruzado con persona, no se come.
Ikuchayumu
Ikuchayumu (o Tunayumu), es la mamá del agua y de los pescados. Es como un tiesto, como una raya muy grande, con ocho patas, como un pulpo, se hace a veces a la orilla del río, pero siempre está cubierta de muchas lamas. Cuando está en el río se ve como un círculo que hace burbujas. Las mujeres que menstrúan o embarazadas, no pueden meterse al agua, el olor atrae a Ikuchayumu y se puede llevar el alma. Tiene como un imán y atrae, esa es la forma como consigue la comida. Cuida a los peces, ellosnadan debajo de Ikuchayumu.
En el río Apaporis, Ikuchayumu se transforma en gente. Una paisana estaba casada con un colono. El colono era muy trabajador y quería pescar bastante para vender. La mujer le dijo que no pescaran más, que debía dejar peces para las demás personas, con lo que llevaban era suficiente. Él no hizo caso y dijo que pescaría los últimos. El siguiente pescado que sacó tenía cara de persona. Lo devolvió al río y dejó de pescar.
Relatos: Ana Benjumea, Lilia Gómez, Henri Rey, Gabriel Romero, Ernesto Carijona, Mauricio Arberlaez, Campo Elías Miranda, José Romero.Jehin Marín, Natalí, Martín Narvaéz.